Desde hace muy pocos años, frente
a la estación de trenes de Friedrichstraße, una escultura que representa a un
grupo de niños, atrae la atención del peatón atento. A mí me ocurrió y algo
inexplicable me obligó a detenerme. Sentí al observar la obra un escalofrió que me
recorrió el alma. Aún no había leído que decía la placa, ni había investigado
de qué se trataba, pero la imagen, las miradas no dejaban duda. La escultura del artista Meisler, quien vive
actualmente en Israel, es un homenaje a la acción de salvamento de hace más de
siete décadas, conocida como “transporte de niños” y gracias a la cual el
propio artista debe su vida. Entre diciembre de 1938 y el comienzo de la 2da.
Guerra Mundial (setiembre de 1939) se salvaron más de 10.000 niños y
adolescentes de la deportación a los campos de concentración. Ellos subieron
solos, sin sus padres o familiares adultos a los trenes que les llevarían a un
lugar seguro en Gran Bretaña. Como soy de las personas que creo que conocer la historia, es el principio que nos ayuda a no repetir los horrores, hoy comparto este micro - relato y mis fotos.